PHOTextos based on a true story
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24 de enero de 2012

Asombradas


Tomo esta fotografía cuando amanece un sol tibio sobre el suelo de la plaza. Termina la república de la noche, donde las sombras se confunden, se pierden y se encuentran, se divierten, se emborrachan, se aparean, se olvidan, se descomponen y se recrean... donde las sombras son libres...





Pasó la noche y se restaura la esclavitud para las sombras, la sumisión al cuerpo opaco. Primero al paso movedizo del borracho, luego al movimiento acelerado del escobón del barrendero, más tarde al "tú la llevas" de unos niños... Los niños son los únicos cuerpos opacos que las notan, e incluso a ratos juegan con ellas, persiguiéndolas para pisarlas o dándoles formas desobedientes con sus movimientos... Pero durante el resto del día, hasta que se restablece la república de la noche, las sombras únicamente vuelven a ser libres cuando dos cuerpos opacos conversan muy juntos o se abrazan. Y así también ellas pueden mezclarse sin que nadie, ni siquiera la noche, se dé cuenta...

30 de diciembre de 2011

ROPájaros o la inTIMIDEZ



Cuando fotografío ropa tendida, quisiera que las prendas se asustaran y emprendieran el vuelo; que se reunieran con otras ropas en lo alto del cielo formando un círculo que nublara el sol; que finalmente decidieran migrar a una tierra donde se las necesitara más y nos dejaran recordar la desnudez...


Y si pienso en la desnudez que han dejado, en que detrás de cualquier prenda siempre estará la piel, me cohíbo, porque siento que fotografiarlas es como hacer una radiografía de la intimidad de las personas...



Y parece que quien quiere cuidar la intimidad no exhibe sus prendas (aunque tampoco he visto nunca la ropa de gente poderosa colgada)... Porque saben lo que se puede descubrir observando un tendedero... El rojo es su color favorito... Trabaja como controlador de aparcamiento... Hace deporte cada día... Se puede leer el pasado en cada sábana y el futuro en las toallas.



















Así que igual no debo avergonzarme, porque no es más que tela... Porque quien cuelga su ropa en la calle no teme la mirada del otro sobre su intimidad, sobre su desnudez...



Y desde que nos exponemos sin tapujos en facebookblogs o televisión, la intimidad se ha vuelto un bien de consumo, una materia prima que extraigo del otro hasta agotarla... Y, en una especie de consumismo relacional, andamos a la búsqueda de nuevas intimidades que nos sacien.



Y yo, que no soy de tender la ropa en la calle; que, desde mi timidez, busco la intimidad para ofrecerme (timidez + intimidad = inTIMIDEZ); prefiero dejar de seguir y de ser seguido, borro cualquier rastro de mí y espero no ser más visto ni oído...

15 de octubre de 2011

Frío

Las piernas juntas como una sola, los hombros rendidos, los brazos cosidos al cuerpo, las manos apretadas sin nada dentro, la mirada arrojada al suelo... Mientras tomo esta fotografía siento que el frío, la derrota, el dolor, la soledad y la vejez nos dejan la misma cicatriz en el gesto.

21 de septiembre de 2011

Soledades


Publico en la misma entrada estas fotografías tomadas hace un par de años porque cuando las observo siento la soledad blanda de las personas que no necesitan deslumbrar para desprender luz; que nunca serán el centro de atención porque sólo quieren la atención de quien quiere verlas; que son generosas con la sonrisa y tacañas en la queja; que no confunden la lealtad con la fidelidad...

Personas que en los grupos se pierden cuando de cerca sólo puedes agradecer haberlas encontrado; que, a pesar de estar en su sitio, no tienen lugar porque la sociedad antepone el envoltorio al caramelo...


Personas que conocen los mecanismos del agua y sólo se dan llenándolo todo; que no tienen respuestas porque nadie les hace preguntas, porque prefieren tener preguntas... Personas, pocas, a las que por suerte conozco.

26 de junio de 2011

Igualdad


Sombras de ojos sobre el plástico de la piel, carmín en las bocas, cabellos rubios y vestidos coloridos... Todas iguales... Frente a ellas, mirándolas con parte de recelo y parte de envidia, sin atreverse a ser, las mujeres de carne... No veo piel, ni labios, ni pelo, ni color... Todas iguales... Unas y otras bajo las mismas leyes de igualdad, las que marcan las creencias de los hombres... Y yo, en medio de esta calle de Fez, sin saber a quién fotografiar, echo a suertes con cuál me quedo...